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miércoles, 22 de enero de 2014

Jardinería mediterránea para rotondas y medianas en regiones mediterráneas.

Valga la redundancia, pero en Valencia no es habitual encontrarse con glorietas o medianas en cuyo diseño hayan primado criterios edafoclimáticos y económicos, no siendo habitual el uso de especies de las que tenemos muchos ejemplos en nuestra flora.

Abundan las praderas de césped, que en jardinería es el elemento vegetal con mayores exigencias hídricas y de mantenimiento. Un lujo para la jardinería pública de una región con una precipitación de unos 400 mm anuales, con periodos de sequía prolongados.

Rotonda entre Avenida del Levante UD y Ronda Norte.
Mediana en Avenida Maestro Rodrigo.

Rotonda de reciente creación en Nueva Patraix.

Si bien en un principio una pradera de césped puede resultar la alternativa más económica y sencilla, a medio y largo plazo la implantación de arbustos y árboles adaptados a las condiciones edafoclimáticas locales  va a compensar con creces la diferencia de coste inicial; por la reducción de las tareas de mantenimiento requeridas y por la menor necesidad de riegos.

En nuestro clima abundan las pequeñas plantas leñosas tales como romero, tomillo, lavanda, santolina, etc., que pueden sustituir a las especies cespitosas, solas o combinadas con inertes (los diferentes tipos de gravas pueden dar mucho juego en el diseño de los elementos viarios ajardinados).

También existen especies de mayor tamaño tales como el lentisco, el baladre o el palmito, que junto a las anteriores pueden aportar volumen a la rotonda o mediana, haciéndola así más visible para los conductores. Además, pueden actuar como barrera de amortiguación en el caso de que un vehículo invada alguno de estos elementos viarios (1).

Entre los árboles y grandes arbustos también existe una amplia variedad de especies (pino, encina, algarrobo, almez, etc.) que presentan tolerancia a la sequía.

Pero además, es posible obtener composiciones con un gran valor estético con especies mediterráneas.

Rotonda en Plaza de La Concordia (Torrent) a base de Lavanda y Adelfa.

Rotonda en Calle Vinalopó (Torrent) con diferentes especies mediterráneas.

Mediana de reciente construcción en Avenida de Portugal (Valencia).





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lunes, 28 de octubre de 2013

De invasoras a ornamentales.

Por lo general, la gran mayoría de las plantas invasoras han sido introducidas por el ser humano para usos ornamentales, agrícolas, forestales o industriales, posteriormente se han extendido, ocasionando problemas de diferente índole según las condiciones de la zona geográfica afectada.
En la actualidad existe legislación y publicaciones que marcan las pautas para evitar la entrada de plantas invasoras, controlar su expansión y eliminarlas. Éstas han de ser las herramientas sobre las que apoyarse para poner freno al riesgo que estas especies suponen para la biodiversidad de los ecosistemas afectados o susceptibles de serlo. Sin embargo, no parece que desde las administraciones públicas se esté siendo muy extricto al respecto.
En ciertas ocasiones, al llevar a cabo obras de acondicionamiento de parcelas particulares los propietarios se encuentran con la presencia de ejemplares de estas especies, los cuales deciden mantener como elemento ornamental, tal y como podemos observar en la imagen inferior.

Rocalla con Ailanthus altissima, Opuntia ficus-indica, Aptenia cordifolia y
Yucca aloifolia; todas ellas consideradas invasoras.
Es totalmente comprensible que una rocalla así pueda encontrarse en un jardín particular cuyo diseño no haya pasado por las manos de una persona cualificada. Sin embargo, cuesta entender que este tipo de cosas sucedan en obra pública, donde en teoría ha de intervenir personal competente en diferentes campos. Este es el caso que se da junto a la estación del AVE de Valencia, donde un  ejemplar de Ailanthus altissima domina la calle San Vicente Mártir en este punto.

El ejemplar de Ailanthus altissima junto a la estación del AVE.
Este árbol, que suele proliferar en riberas y en los entornos de las vías férreas, es una de las especies invasoras más agresivas del Levante Español. A pesar de ello, el personal encargado del proyecto de adecuación del entorno de la estación del AVE parece que decidió conservarlo como si de una especie vegetal de especial interés se tratase.
Como ya se comentó en la entrada anterior las especies invasoras generan una serie de problemas en los entornos urbanos que derivan en sobrecostes de mantenimiento para las arcas públicas, y Ailanthus altissima no es una excepción. No obstante, según se puede comprobar en el Decreto 213/2009, de 20 de noviembre, del Consell, en Valencia la mayoría de las plantas invasoras que se puedan emplear en jardinería urbana no son consideradas como un riesgo importante, por lo que no se indican medidas al respecto en casos como el que nos ocupa.
 

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lunes, 14 de octubre de 2013

Las plantas invasoras en la jardinería urbana de Valencia.


Las plantas invasoras son aquellas que siendo exóticas de la región en la que se han instalado, encuentran unas condiciones ambientales que les permiten proliferar de tal forma que logran desplazar a las plantas autóctonas, alterando así los ecosistemas que invaden.
La principal razón por la que una especie se convierte en invasora es la ausencia de elemento alguno que controle su desarrollo (depredadores, plagas u otras especies competidoras por el mismo hábitat), junto con unas condiciones edafoclimáticas propicias (similares o más favorables que las de su región de origen).
A pesar de los estudios, publicaciones y normativas realizados al respecto, en los que se advierte y se demuestra la amenaza que suponen estas especies, en la práctica no se están siguiendo las directrices marcadas. Así, es posible obtener muchas de estas especies en viveros, se siguen empleando varias de ellas en jardinería urbana y son pocas las actuaciones que se llevan a cabo para su control y eliminación.
En el caso de la ciudad de Valencia es bastante habitual el uso de algunas especies invasoras en parques, jardines y calles, entre ellas destacan:
A pesar de que el uso de este tipo de plantas en ambientes urbanos pueda ser menos problemático en términos de invasibilidad, que en terrenos rurales o forestales, hay que tener en cuenta que los parques naturales próximos se pueden ver afectados. Además, existen otros problemas derivados, como las semillas y/o frutos venenosos de algunas de estas especies o las alergias que pueden producir en la población a causa del polen.

Acer negundo en alineación junto a carril bici.

Desde el punto de vista de la gestión del Servicio de Jardinería, las plantas invasoras van a comportar sobrecostes derivados de su control en las zonas verdes de la ciudad, dado que suelen colonizar terrenos con facilidad y tienden a desarrollarse de forma vigorosa. Como en muchos otros casos, la prevención va a ser la mejor medicina.

Ejemplares de Schinus molle en acera.

Aunque sólo fuese por motivos económicos (en los tiempos que corren alguna importancia tiene este aspecto) se debería ser más riguroso a la hora de seleccionar las especies en los proyectos de jardinería urbana. Es éste un sector en el que una adecuada gestión comportaría una importante reducción de gastos para las arcas públicas, sobre todo a medio y largo plazo.

Robinia pseudoacacia 'Pyramidalis' en mediana.

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

La selección de especies. Ejemplo de mala selección en el campus de la UPV.


La selección de especies vegetales en un proyecto de jardinería, paisajismo u obra pública va a dar lugar, una vez se concluya el proyecto, a una serie de consecuencias positivas o negativas, según esta selección haya sido acertada o no. Consecuencias que al final se van a traducir en el exito del proyecto, con la consecuente ganancia de prestigio o, por el contrario, sobrecostes y pérdida de futuros clientes potenciales.

Los criterios a la hora de llevar a cabo la selección de especies se pueden englobar en biológicos, ecológicos, estéticos y económicos. Se han de considerar en su conjunto, teniendo en cuenta que las especies elegidas han de adaptarse a las diferentes condiciones que se darán en el lugar donde van a implantarse.
En una entrada anterior se exponen las razones por las que emplear planta autóctona, sin embargo, ceñirse única y exclusivamente a este criterio no nos asegura el exito, ni mucho menos. Este es el caso que se da en el campus de la Universidad Politécnica de Valencia, donde se ha sido reincidente en el error.

Concretamente en la zona ajardinada de la entrada M del campus, en la parte central, se plantaron ejemplares de Celtis australis a inicios del verano de 2011. A los pocos meses algunos ejemplares ya comenzaron a mostrar mal aspecto, a comienzos del verano de 2012 ya había algunos árboles secos y en junio de 2013 se repusieron varios de ellos. En septiembre de 2013 varios de estos nuevos ejemplares comienzan a mostrar los mismos síntomas que sus predecesores.

No se sabe qué criterios siguió el técnico responsable para elegir esta especie en lugar de otra, ni porque viendo el alto número de marras se decide seguir empleando la misma especie para las reposiciones, más que "por ser la misma que estaba antes".

Existen varios motivos que hacen desaconsejable el empleo de Celtis australis en la zona en cuestión y en la forma en que se ha hecho:
  1.  No es su piso bioclimático óptimo. (Pisos bioclimáticos de España S. Rivas-Martínez, 1983. Notas sobre la autoecología de Celtis australis L. en España).
  2. Es una especie con un sistema radical profundo y la próximidad al mar (1600 metros) puede perjudicarle en caso de salinización de la capa freática (es posible que la proximidad al mar también perjudique a esta especie por el efecto de la sal sobre las hojas). 
  3. Por el diámetro que alcanza su copa, un marco de plantación de 9x6, provocaría que las copas se obstruyesen unas a otras.
  4. Las plantaciones de árboles se han de llevar a cabo preferentemente durante el periodo de parada vegetativa, y sobre todo evitar las épocas de condiciones climatológicas extremas.
En el caso que nos aborda, lo más grave ha sido reincidir en llevar a cabo la plantación a principios del verano, exponiendo a los árboles a las altas temperaturas que se dan en Valencia durante julio y agosto, sin que hayan tenido tiempo de establecerse adecuadamente.

Las consecuencias de malas actuaciones como esta terminan por recaer sobre el bolsillo del contribuyente, para más inri en plena época de crisis y en una actuación llevada a cabo en un campus universitario.

Las siguientes fotos fueron tomadas el 20 de septiembre de este año.

Ejemplar que lleva 2 años plantado.

Detalle de las hojas de uno de los ejemplares.

Ejemplar plantado este verano.

Se pueden apreciar ejemplares que sobrevivieron a la plantación de 2011 y otros plantados este año.

Ejemplar plantado hace dos años que se encuentra seco.
 
Ejemplar seco.


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viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Valencia es la tierra de las flores?

Así, pero en afirmativo, comienza el pasodoble compuesto por José Padilla en 1924. No parece que el autor fuese mal encaminado al incluir estas palabras en su obra. Y es que por aquel entonces Valencia no alacanzaba los 300.000 habitantes y ya disponía de espacios como el Jardín de Viveros, el Jardín de Monforte, el Parterre o la Alameda, entre otros.


Sin embargo, en la actualidad llama la atención pasear por algunos barrios de la ciudad sin que apenas topemos con alguna zona ajardinada; es el caso de los barrios de Russafa, Malilla o Torrefiel. Buscando datos, éstos no hacen más que confirmar esta impresión. Las comparaciones resultan sonrojantes. Según una encuesta llevada a cabo entre diversos Ayuntamientos de ciudades de España, y cuyos resultados aparecen en el libro La Empresa de Jardinería y Paisajismo (Serafín Ros Orta, 2006), el ratio de espacios verdes por habitante de la ciudad de Valencia es un tercio respecto a la media española (15,38 m2/hab). Además, Valencia tiene el dudoso honor de ser, junto a Málaga, Palma de Mallorca y Córdoba, una las ciudades con más de 300.000 habitantes que no alcanza los 5 m2/hab., muy lejos del mínimo de 10 que recomienda la OMS.



Por otro lado, según aparece en la Guía de Parques Históricos y Jardines Urbanos de la Ciudad de Valencia, en 2009 este ratio era de 5,2 sólo contando los grandes parques (ver prólogos), aunque, según la misma fuente, y en principio, siguiendo un criterio de clasificación similar al de la encuesta de 2006 (ver tabla), este valor alcanzaría los 19 m2/hab en cuanto se aprobase el nuevo PGOU. Claramente, algo no encaja.

lunes, 1 de julio de 2013

L'Hort de Trenor

Este jardín, declarado Bién de Interés Cultural, se sitúa en el municipio de Torrent, bien comunicado con Valencia, tanto por carretera (CV-36 y CV-33), como mediante las líneas 1 y 5 de metro (estación de Torrent).
Consta de una superficie aproximada de 2 ha, a lo largo de la cual podemos encontrar gran cantidad de especies autóctonas, así como frutales y especies exóticas hornamentales.
Además, cabe destacar el caracter didáctico que se le ha conferido a este parque al colocar fichas explicativas de las diferentes especies, lo cual se complementa con una guía disponible en la web del Ayuntamiento de Torrent.

A continuación os dejo algunas de las fotos que hice en el parque.
                                                      
Ejemplar de Pinus halepenis.
Vista general del estanque principal.
Dasylirion acrotrichum, especie originaria del norte de México.
Palmera datilera (Phoenix dactylifera).
Frutales en el extremo sur del parque.
Valeriana roja (Centranthus ruber).
Olmo común (Ulmus minor).
Ejemplares de olivo (Olea europaea).
Alcornoque (Quercus suber) y lavanda (Lavandula dentata).
Zona de bosque mediterráneo.
Zona de bosque umbrío.
Zona de la cascada.
Dicksonia antarctica, helecho nativo de Australia.
Yuca pie de elefante (Yucca elephantipes) y acanto (Acanthus mollis).
Zona de la ría.
Rampa de acceso con trepadoras.
Pradera principal.
Casa y capilla.
Margaritas (Leucanthemum maximum).
Zona del huerto e invernadero.
Zona de bosque mediterráneo.
Palmito (Chamaerops humilis) y algarrobo (Ceratonia siliqua).

Entre tanta belleza botánica y paisajística, llama la atención la presencia de especies invasoras muy agresivas en la región mediterránea, como son la pitera (Agave americana) y la chumbera (Opuntia ficus-indica), las cuales se encuentran en la zona del mirador en el corazón del jardín. 


Sin duda alguna, ha sido un gran acierto por parte del Ayuntamiento de Torrent la restauración de este jardín, convirtiéndolo en el más importante de toda la comarca de l'Horta Sud.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los árboles en la ciudad.

¿Qué pasaría si todas las funciones que cumplen los árboles en la ciudad se pudiesen medir monetariamente?

Mejoran la calidad del aire: los árboles son agentes activos contra la contaminación atmosférica. Generan oxígeno, absorben dióxido de carbono y retienen los polvos y partículas que se mantienen en el ambiente.Con esto contribuyen a una menor incidencia de enfermedades respiratorias debidas a la polución.
Actúan como barreras sonoras: el follaje de los árboles actúa retrasando y deteniendo las ondas sonoras. Una menor contaminación acústica significa un menor estrés para las personas.
Influyen sobre el clima: aumentan la humedad del ambiente, disminuyen la temperatura, generan corrientes de aire, forman pantallas contra el viento, la lluvia, la nieve, el granizo y los rayos solares. Por lo tanto, plantados estratégicamente contribuyen a reducir el uso de los sistemas de climatización.
Reducen la escorrentía superficial; prevención de la erosión: facilitan la infiltración del agua en el subsuelo, ya que amortiguan la lluvia y reducen la velocidad de movimiento del agua superficial. Con ello contribuyen a reducir las necesidades de riego de las superficies ajardinadas, a mitigar problemas de inundaciones y se reducen los gastos en mantenimiento de las superficies de los parques.
Depuran las aguas infiltradas en el suelo: las raíces actúan como descontaminantes al retener nutrientes y agentes patógenos.
Mejoran la calidad paisajística de las ciudades: los árboles se constituyen como elementos fundamentales para armonizar el paisaje urbano, añadiendo diversidad y variedad de colores, formas y texturas, y contribuyendo a integrar diferentes estructuras de aspecto poco agradable. Los árboles y arbustos plantados en el entorno de una zona residencial pueden incrementar el valor de mercado de las viviendas de un 7 a un 20% (Wood 1999).
Sirven como alimento y lugar de nidificación para las aves: beneficiando a éstas y a los ciudadanos que pueden disfrutar de su presencia y sus cantos.
Constituyen lugares de descanso y relax para los ciudadanos: sin duda alguna no se entiende un pequeño parque de barrio sin la presencia en él de los árboles. Se ha comprobado que las personas que habitualmente se encuentran en zonas donde disfrutan de vistas y/o acceso a parques o zonas ajardinadas son más eficientes en sus tareas y se encuentra en mejor estado anímico.
Son muchos los beneficios que aportan los árboles, y más aún si su elección en cualquier proyecto urbanístico corre a cargo de un técnico competente. Lo que además, con toda seguridad, reducirá los costes posteriores de mantenimiento, tratamientos, reposiciones, etc. No podemos permitirnos el lujo de considerar los árboles (y el resto de plantas también) como meros elementos decorativos de aceras y jardines, como si de bancos o farolas se tratase.